jueves, 23 de abril de 2015

RETRATO EN POESÍA


Retrato en poesía

Quiere filtrar un trazo de grata locura
todo cuanto se labra en su caligrafía
y ara en el vasto bancal de la poesía
por donde cada letra una verdad murmura.

Tal vez su trinar es semilla que levita
en un surco de aire de páramo placiente
como libada en todo corazón ausente
de cuanto no abreve en lo asceta y eremita.

O tampoco quizás es la persona al uso,
en tanto que transita con los pies desnudos
y con la lengua inquieta y con los ojos mudos...
nobles atavíos de bardo que se puso.

Más es voz de voz pura, allende la calima,
divagar alzado desde el pie a la cabeza,
lenguaje complacido en tronar la belleza
de la verdad catapultada por la rima.

miércoles, 8 de abril de 2015

UTOPÍA

Utopía

Anoche, soñando, vi que a las gentes
un varón fervoroso en su tribuna
entonaba mil cosas y ninguna
dejó de ilusionar a los presentes.

Así, miles de oídos complacientes
y convencidos por la voz que aúna
el arrojado afán y la fortuna,
al “Demóstenes” fiaron diligentes.

Ya electo el orador, en su trinchera
grata que anidar suele el zahareño,
cumplió con todo cuanto prometiera.

Admirable actitud, loable empeño
de quien no es un político cualquiera,
pero que siempre está sólo en el sueño.

lunes, 2 de marzo de 2015

YO NO SOY MARINERO AL USO



Yo no soy marinero al uso


Yo no soy un marinero como otro cualquiera;
nunca lo he sido.
Ni anduve por el mar bebiendo olas tan siquiera,
meciéndome en ellas ni su, me ha estremecido,
voz bolinera.
No soy de esa gente que el salitre tanto entiende
y que ha vivido
asidua oliendo en ese aire grueso que es el duende
de la singladura que amanta un térreo olvido
que desatiende.
No he ido en esa nave que el viento navegara
bamboleante,
ni quise ser grumete que presto se alistara
a beber la sal del agua y creerse almirante
de faz preclara.
No herí en mi senda mar alguno, ni al abordaje
vi su embeleso,
ni he sentido la pena de Alberti: el blanco traje
que en su marinero cántico nunca hizo el viaje
de sal obseso.
Porque no soy ese, ni marinero es mi aliento
que va al socaire
de agua embravecida, en calma, o engarzada al viento,
yo no navego así, navega mi pensamiento
bogando el aire.

viernes, 27 de febrero de 2015

SOBRE UNA REFLEXIÓN



La persona amable es esa que, a cambio de nada, nos ofrece terrones de azúcar para que se diluyan dentro de nuestras ilusiones”


Hay gente que va dando terrones de azúcar,
del mismo modo que el aire regala una caricia
o que un puerto sonríe al barco que se acerca.
Hay gente así, mesando los cabellos de los otros
con los dedos hechos de sonrisa y fantasía.
Hay gente tan sensible y tan amable
que en vez de cortar flores, planta flores,
no en los jardines donde tantas nimban,
sino en el páramo triste de un infeliz retiro.
Hay gente que no mira lo que guarda dentro
porque más le place la lisura que ofrece:
una mirada, un guiño, un gesto, una sonrisa,
que, cual aves de presa, se posan en el alma
de quien guarda, en sus gajos, desencantos.
Hay gente que va dando terrones de azúcar
para endulzar el sinsabor de la melancolía,
donde el sol de la mañana sea sol en la mañana
y los anocheceres soplen besos tan límpidos
que, como azucarillos, convenzan a lo amargo.

martes, 24 de febrero de 2015

CAUTIVIDAD


Cautividad

Vivo en mí, sabedor de que me muero
y no muero sabiendo que en ti vivo,
mas, no besar tus labios sólo quiero
pues algo, sabes bien, llevas cautivo.

De ese placer jugoso no exonero
al ensalmo de un beso primitivo.
Quiero hurgar el sabor de ese misterio
que duerme en lujurioso monasterio.

viernes, 20 de febrero de 2015

COMPROMISO


Compromiso

En almas rotas pongo el pensamiento
de corazones en arpas que gimen,
mi voz está hecha de notas que rimen
con desdichas soñando aliviamiento.

Busco hacer de mi pluma el instrumento
que ofenda a la tristeza y ser el crimen
complaciente, desangrador del himen
de todo cuanto engendra sufrimiento.

Grita mi verso un llanto de emociones
que este corazón a otros corazones
cobija como a hostia la patena.

Loa mi pluma al alma dolorida
y lo mismo que al himno de la vida
va en su palabra un grito por la pena.

viernes, 30 de enero de 2015

Herida


Herida

Esta herida que me duele y duele no es mi herida,
aunque se confunda enamorada de mi cuerpo;
es el raro latir de un extraño a pecho abierto
en un dolor vaporoso que dolor destila.

Y no deja de sangrar, lo mismo que una fuente
surtidora de un agua teñida de corinto,
color que tornasola los tiempos infinitos
de ausencia que retoza bordada en aguafuerte.

Herido estoy, tú eres tal herida, tú eres eso
y esa tristeza que me regalas, enamora
la pluma del poeta que embebida transborda
del tintero al papel su mejor logrado verso.

Es ese suplicio, de tu amor, lo que me queda,
la franja de pasión que tras mis iris cintila,
el fuego ya apagado que sus destellos brillan
en la vítrea memoria que aún crepita ingenua.

Llaga que por ti es llaga y, por ti, no tiene cura,
pena que, por ti, es pena doliente que no amaina,
tristeza que mi cuerpo no quiere que se vaya
de un calvario que no ansía mitigarse nunca.

Mujer, sólo es herida
lo que de ti me queda.
Ya no estás... pues que duerma
en mi piel y en mí siga.





domingo, 11 de enero de 2015

Antiparaguas


                                                       Antiparaguas

  Son las diez de la noche y suena el teléfono en la sección local del Instituto meteorológico.
¡Riiiinnnggg...! ¡Riiiinnnggg...!
Buenas noches. Dígame...—responde una cansada voz femenina.
Buenas noches —el hombre que llama, en tono cordial, no se anda con preámbulos y va directamente al grano—¿Sería usted tan amable de decirme qué tiempo hará mañana?
Tras unos instantes de silencio, la voz de antes responde.
Ah, pues mire, no sé qué decirle. Yo me encargo de la limpieza. Ya pasan de las diez de la noche y aquí no queda ni un alma.
Pero, la suya si que está... vamos, digo yo.
Que sí, que sí... la mía sí, pero es que yo no soy meteoróloga.
Creo que tampoco hay que serlo para saber eso. Además, algo habrá oído comentar antes de que los expertos se fuesen.
¡Ah, es cierto! Se habló bastante de ello al enviar el informe a las televisiones. La previsión es que mañana lloverá, o, en caso contrario, que no habrá lluvia.
Pues me deja usted tal cual. Esa probabilidad no despeja mi incógnita y me hace polvo.
Precisamente ahora estoy yo desempolvando pluviómetros, barómetros, termómetros y otros“ómetros”.
!Qué puñeta! "Ometróricamente" hablando, claro —breve pausa—. Hágame un favor. Quite bien el polvo al pluviómetro a ver qué dice.
Transcurren unos segundos y la mujer responde.
Pues no ha dicho ni mú.
¡Vaya por Dios! Es que mañana tengo que salir, ¿sabe?
Pues lleve paraguas, por si acaso.
Es que soy muy tímido y me da mucha vergüenza que me vea bajo él la gente de la vecindad.
Póngase una gabardina.
Es que no tengo. Por eso quiero saber si lloverá, para entonces hacerme una tortilla.
¿Una tortilla? —pregunta sorprendida la mujer.
Exacto. Esa es la razón por la que quiero estar seguro de si habrá tormenta. Así ya la dejo hecha esta noche.
Pero... y eso para qué...
Para no mojarme, como el paraguas me incomoda tanto, me pongo la tortilla de sombrero.
¿Y no le da reparo llevar puesta una tortilla en la cabeza?
No. Es que la hago francesa y allá casi nadie me conoce.
A mí me pasa algo parecido. No tengo amistades en Francia.
Yo tengo tan sólo un amigo allí. Y hace lo que yo: se prepara una tortilla, aunque española, para echarse a la calle los días de lluvia.
Pues, en invierno, lo que se gastarán ustedes en huevos...
Él no tiene problema. Lleva tiempo viviendo con una gallina.
¿Y usted no?
Yo tengo un gallo inglés en casa, pero está rebelde. No pone nunca.
Es que los ingleses son muy suyos.
Eso he oído. Bueno... voy a hacerme esa tortilla con los tres huevos que me quedan. Espero que sean suficientes porque yo tengo la cabeza bastante grande.
No olvide ponerle una pizca de perejil, que queda más rumbosa.
Gracias, pero perejil no le pongo, porque me da acidez. Y luego en vez de lluvia normal, tendría que sufrir los efectos de la lluvia ácida.
Pues mire; se me ha hecho la hora y apenas he aviado. Tengo que colgar. Ya le he oído decir bastantes tonterías, ¿sabe...?
Cuelgue, cuelgue usted, que yo seguiré hablando otro rato mientras se calienta el aceite.
   ¡¡Tú, tú, tú, tú....!!